La Noche de la Encantá volvía a Villarrobledo, el pasado viernes, 23 de junio, en la Plaza de Ramón y Cajal, organizado por la Asociación de Mujeres Villarrobledo y del Club de Lectura Beguinas.
Calero ha puesto en valor el trabajo de estos dos colectivos que trabajan por dar a conocer la “Leyenda de la Encantá” como un reclamo cultural más de nuestra ciudad, a través de una fiesta en torno a la noche mágica de San Juan.
Además el concejal ha agradecido su compromiso con la cultura local, organizando eventos a lo largo del año para toda la ciudad y también comprometidas con la igualdad y la lucha contra la violencia de género, según el concejal, una muestra más de que Villarrobledo cuenta con colectivos que contribuyen a dinamizar el ámbito cultural de nuestra ciudad.
La Noche de la Encantá nos dejó una leyenda teatralizada, probar la “queimada” manchega y quemar todo lo malo en la hoguera, en una noche mágica, con la que se recibe al verano.
Por su parte, Mª Carmen Romera señala que el empeño de la Asociación de Mujeres y del Club de Lectura Beguinas es dar a conocer una leyenda que es de Villarrobledo y que se había perdido, recordando que todos conocen el llamado “cerro de la Encantá” escenario de la leyenda, con la princesa como protagonista, con la curiosidad de que en esta zona se ha descubierto que nace un tipo de planta que no se encuentra en ningún otro lugar.
Con el fin de dar a conocer nuestras tradiciones y que se asienten entre la población, han llegado a la VIII edición de este evento que comenzaba a las 10 y media de la noche del viernes 23, con la lectura teatralizada de la Leyenda de la Encatá, obra adaptada a los diálogos por la propia Mª Carmen Romera. Ella misma también creó el romance de esta leyenda que fue leído por Julián Santos.
Después, Julián Serrano se encargaba de elaborar la “quemá manchega” con el conjuro que creó en su día Enrique Galindo.
En torno a las 12 de la noche, se prendiá la hoguera en la que todo el que lo deseó pudo escribir en un papel todo lo malo que quiera que arda entre las llamas alrededor de las cuales se realizaba la tradicional danza bajo la batuta de la monitora, Encarna Lozano.