Pedrés y Teresa en el día de su boda. Ella con 18 años y él con 36. Ambos en la flor de la vida (cedida)
Teresa Jareño, la gran artista de Villarrobledo (V)
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En el anterior capítulo nos adentramos en la vida privada de Teresa y Pedrés y sus inicios amorosos. Unos textos de nuestra paisana muy sentidos que, sin rubor alguno, nos fue narrando con alguna lagrimilla en el camino. En este, Teresa nos muestra el interior de su vida a raíz de su boda con Pedrés.
La boda
Nos casamos el 28 de julio de 1968. La ceremonia religiosa tuvo lugar en la capilla del Colegio de María Corredentora, en Alameda de Osuna, (que rigen las Madres de la Compasión), las monjitas estuvieron arreglándola el día anterior porque la inauguramos nosotros.
La noticia de la boda se publicó en La Voz de Albacete
La ceremonia
“Fue oficiada por su párroco, don Lorenzo (amigo íntimo de Pedro). Los padrinos fueron nuestros hermanos mayores: Pepe, que me acompañó a mí, mientras que a Pedro le acompañó mi hermana Gabi.
Teresa y sus padres en el día de la boda (cedida)
“¿Por qué no fue mi padre el padrino? Él ya se encontraba bastante enfermo. Pero fue muy emotivo y antes de salir de casa me dio su bendición. Fue una ceremonia íntima y familiar, sobre unas cien personas, donde se encontraban los amigos más allegados y nuestras familias.
Entre los invitados se encontraban el director y editor de La Voz de Albacete, Antonio Andújar y Pedro García Munera, que publicaron el enlace. El almuerzo fue en los salones del Real Automóvil Club de España. Pedro no era dado a los grandes acontecimientos y menos a una cosa tan íntima, me preguntó si yo estaba de acuerdo y yo lo estaba. Fue un día muy bonito y entrañable.
Teresa hace una meditación sobre esas habladurías que suelen salir a la palestra cuando hay fama y diferencias de edad de por medio.
“Cuando me casé, algunos de los que estaban allí, y algún familiar también, pensaban que aquello no iba a durar mucho: la diferencia de edad, la artista y el torero en fin, !imagínate! Algunos hasta que era por interés. No se daban cuenta que yo ya era alguien en mi profesión, mi proyecto de película, volver a grabar y no necesitaba a nadie, al contrario, dejaba lo que más me gustaba y por lo que había luchado tanto. Pero lo que no sabían era la complicidad y el amor que nos teníamos.
Los amigos de Pedro pasaron a ser mis amigos; magníficos amigos durante 50 años, desgraciadamente ya faltan casi todos. Me vas a permitir, pero yo estaba tan feliz porque estábamos juntos. Lo he sabido más tarde, (que egoístas somos los hijos) es por lo que mis padres sufrieron porque, prácticamente casi nunca me tuvieron en casa, sobre todo mi madre. Ya cuando nos vinimos a Madrid era distinto, pero ya me faltaba mi padre. Así es la vida”.
“En la boda, -recalca Teresa -estaban los que tenían que estar y firmaron los que tenían que firmar… El viaje de novios lo hicimos en Palma de Mallorca y de regreso, pasamos unos días en Valencia, en casa de Paco Pastor Peris, luego a Madrid y con final en “Los Labraos” (la finca que tiene la familia en Salamanca).
Paco Pastor Peris, un personaje como de la familia
Hemos de hacer otro inciso para recordar a este personaje valenciano que fue íntimo de Pedro y después de Teresa, hasta el punto de pedirle consejos cuando nuestra paisana los necesitó. Paco Pastor, que murió relativamente joven, fue un empresario de la construcción cuya pasión eran los caballos, pero sobre todo era un tipo romántico y generoso que organizaba festivales taurinos benéficos. Pero, sobre todo, amigos de los de verdad de la familia Martínez- Jareño.
Teresa de amazona (antes de la boda) junto a un sonriente Pedrés antes de hacer el paseíllo en uno de los festivales que organizaba Paco Pastor, en este caso el festejo fue en Alicante (cedida)
“Nuestra amistad llegaba hasta el punto -recuerda Teresa- que, cuando teníamos alguna fiesta de cumpleaños o comuniones en casa, se desplazaba y traía a sus caballos hasta “Los Labraos” para estar unos días con nosotros y disfrutar de nuestra compañía. Paco fue padrino de mi hija María Teresa”
También nos contaba Teresa que, Paco, al margen de organizar los citados festivales taurinos, donde intervenía Pedrés, él actuaba como rejoneador aficionado dando prestancia a los festejos, cuyo dinero entregaba en persona a las asociaciones o instituciones religiosas.
En fin, personajes entrañables que han dejado un huella imborrable en la vida de nuestra protagonista.
En esta fotografía vemos a Paco Pastor (ramo de flores) con Pedrés y Antoñete tras el paseíllo del festival de Alicante (cedida)
¿Cómo era Pedro?
Era una de las preguntas que le hacíamos a Teresa cuando le enviamos el cuestionario. Y es que, en principio, la idea era una entrevista para publicarla en Villarrobledodiario que dirige Miguel Parreño, una persona que siempre estuvo a nuestra disposición, y que le encantan las cosas que le enviamos los de la diáspora.
La entrevista se ha convertido en una serie por capítulos, porque nuestra paisana, en principio, pensaba contestar a vuela pluma, sin entrar en demasiados detalles; sobre todo porque, vagamente, se acordaba de su pasado, de su niñez. Pero, conforme iba escribiendo y respondiendo a las preguntas del cuestionario, Teresa se fue animando y ya vamos por el capítulo cinco. Así escribía y recordaba Teresa a Pedrés.
Como ganadero, Pedrés un caballero y generoso
“¿Qué cómo era Pedro?, ¡qué te voy a decir yo!
Era una persona con una inteligencia natural, muy serio y honrado, y no muy dado a exteriorizar sus sentimientos. Jamás habló mal de un compañero, fue querido y admirado por los de su profesión y ayudó a muchos que empezaban. El campo siempre estaba abierto para todo aquel que le llamaba para un tentadero, y él siempre estaba dispuesto. Venían de La Rioja, de Albacete, etc. y todo el que se lo pedía tenía su tentadero”.
Pedrés rodeado de sus tres hijos: MaríaTeresa, Pedro y Rocío (cedida)
Y como padre un ejemplo a seguir
“Jamás lo vi enfadado, tenía un carácter pacífico. Un padre ejemplar que ha enseñado a mis hijos el respeto y amor por las personas y el trabajo, y así son los tres. Sentían adoración por su padre y como marido muy enamorado y con mucho respeto. Cuando discutíamos por algo, mejor dicho, yo discutía, yo hablaba y hablaba y cuando dejaba de hacerlo, me decía: ¿ya has terminado? Y ahí se acababa todo”.
El homenaje en Villarrobledo
“Le hicieron muchos homenajes, y la verdad es que se los merecía. Hace unos años nos dieron un homenaje, en las bodegas Vinícola de Villarrobledo SCL, con otras personalidades. Yo no me podía creer que después de tantos años se acordaran de mí, de él normal, lo cual me emocionó mucho. Fuimos con mis hijos y mis nietos y pasamos un día inolvidable”.
Homenaje a la familia Martínez –Jareño en la bodega cooperativa de Villarrobledo (cedida)
En nuestras conversaciones por teléfono, para ir hilando las respuestas, Teresa comentaba acerca de haber estado más de medio siglo con su marido, con el torero, con el gran Pedrés:
“Los 52 años mejores de mi vida”
“Así es, 52 años, los mejores de mi vida, ¡toda una vida! ¿Qué cómo se adapta al matrimonio una artista joven como era yo, a un torero veterano y famoso? Muy sencillo; cuando quieres a una persona y dejas todo lo que tenías y soñabas, dónde está él estás tú. Cuando volvimos del viaje de novios, al poco tiempo nos fuimos a vivir a la finca “Los Labraos”, en la Raya, casi con Portugal. Muy feliz por un lado y por otro un poco duro, en Madrid dejaba a mi familia y amigos. Tenía todas las comodidades porque Pedro lo tenía todo preparado para que no me faltara de nada”.
Pedrés en Ciudad Rodrigo rodeado de ganaderos y toreros (a la izquierda Julio Robles). En la foto de la derecha con “El Raboso” un ganadero con listeza natural (cedida)
Os dejo enlace con canciones de Teresa. En esta ocasión canción española y flamenco: