Uno, que es un nostálgico empedernido, aún siente esas sensaciones placenteras y emotivas cuando oye la palabra Villarrobledo a través de la radio, y a 400 kms. de distancia del terruño. Sobre todo cuando se trata de noticias alegres, festivas o de entretenimiento como es el caso que os narro a continuación.
Otra cosa es cuando mi querido Villarrobledo sale en los medios a todos los niveles por algún suceso luctuoso. Entonces todo suena a desagradable y te entristece.
Pero en esta ocasión, cuando escuché a Chelo decir Villarrobledo, seguida de una amplia y sonora sonrisa, me contagió y, sencillamente, me emocionó y me contagió su clara y sincera alegría. Os cuento.
Fue el pasado domingo por la mañana, donde suelo escuchar desde la cama el programa de Pepa Fernández, en Radio Nacional de España, “No es un día cualquiera”; un espacio ameno, cultural, entretenido e ilustrativo, donde unos cinco mil seguidores y aficionados a los crucigramas se dan cita cada fin de semana para intentar conseguir el codiciado premio de dos noches en uno de los establecimientos de la cadena estatal Paradores Nacionales. En esta ocasión fue Chelo, de Villarrobledo.
Cada domingo es cuando efectúan el sorteo entre los acertantes al crucigrama que plantea el catalán Fortuny, y entre varios de los protagonistas y colaboradores del programa: Pepa Fernández, Juan Yeregui, Andrés Aberasturi, José Ramón Pardo y el gallego y simpático Pajarón, llaman al ganador creando un clima de suspense y emoción mientras suena la llamada del teléfono.
Tras unos segundos de tensa espera suena una voz, en este caso femenina, pero una voz llena de entusiasmo y con una sonrisa contagiosa que inundó las ondas de alegría. Era Chelo, de Villarrobledo.
Creerme que sentí una alegría como si me hubiera tocado el premio. Al fin y al cabo era una paisana. Y es que cuando suena Villarrobledo…