Según el escrito de la Fiscalía, en fechas indeterminadas pero comprendidas entre 2014 y hasta el 7 de agosto de 2015, la acusada con ánimo de atentar contra integridad física y moral de su madre, la amenazaba, gritaba e insultaba de manera continua causándole con ello un estado de desasosiego. Además, se encargaba de romper la vajilla y otros efectos de la vivienda
Unas acciones que duraron hasta el momento en el que la madre decidió marcharse de la vivienda por las continuas amenazas y vejaciones que estaba recibiendo.
A ello, se añade en el escrito, las numerosas expresiones que la acusada le decía a su madre, con ánimo de atentar contra su integridad moral, llamándola «puta» o «sinvergüenza», y llegando a decirle en varias ocasiones que no durmiera tranquila, pues por la noche le iba a echar «las manos al cuello».
A esta pena, se le pide además que se le imponga la privación del derecho a la tenencia y porte de armas durante cinco años, y la prohibición de acercarse a una distancia no inferior a 300 metros del domicilio o cualquier lugar frecuentado por su madre, así como comunicarse con ella, durante tres años.